Suele ser habitual que en las oficinas abiertas el ruido producido por el aire condicionado, la impresora, el teléfono o el ir y venir de los compañeros de trabajo impida concentrarse correctamente, lo que disminuye considerablemente la productividad y provoca un gran malestar en la persona que lo sufre. Todos esos pequeños ruidos que por sí solos no son dañinos pero que, en conjunto, pueden hacer descender mucho el rendimiento y causar irritabilidad.
En cambio, una oficina sin ruido favorece considerablemente la eficiencia en cada una de las tareas que deben realizarse. Algo que, a día de hoy, continúa siendo una asignatura pendiente en muchas empresas de nuestro país.
Según un estudio llevado a cabo recientemente, 1 de cada 4 asalariados se encuentra expuesto a molestos ruidos en su lugar de trabajo. La ASID (American Society of Interior Designers) y la empresa de muebles de oficina Steelcase han investigado este problema y han llegado a la conclusión de que un exceso de ruido en los espacios de trabajo reduce el nivel de atención de lo que estamos haciendo, considerando que el nivel de concentración aumentaría en un 50% si se redujera.
La cuestión es que, en base a la legislación vigente, «el empresario debe valorar la exposición de los empleados al ruido con el fin de determinar si se sobrepasan los límites establecidos, para aplicar, en caso necesario, las medidas preventivas oportunas». Según la Organización Internacional del trabajo, para que el confort acústico de una oficina sea el adecuado, nunca deben superarse los 55 decibelios.
En caso de que se sobrepase este límite, las empresas deben intentar buscar soluciones para evitar el alto nivel de contaminación acústica y proporcionar a sus empleados un entorno de silencio adecuado para que puedan ser más productivos.
Soluciones para reducir el nivel de ruido en la oficina
Afortunadamente, existen soluciones para reducir el nivel de ruido en la oficina y conseguir un espacio de trabajo en el que todos los trabajadores se sientan cómodos realizando sus tareas.
Lo primero que debes hacer es realizar una valoración del confort acústico con un técnico de riesgos laborales que nos indique si realmente se estña está sobrepasando el nivel de decibelios recomendados y que nos asesore sobre las medidas concretas que podemos tomar para ello. La cuestión es que no es muy complicado superar los 55 decibelios, ya que una conversación normal ya genera 50 decibelios. Con lo cual, disfrutar de una oficina sin ruido es casi imposible. Aunque siempre pueden tomarse algunas medidas para crear entornos de trabajo acústicamente más productivos.
Es obvio que evitar las conversaciones continuas entre compañeros y dejarlas para los momentos de descanso o limitar el número de personas que estén al mismo tiempo en los espacios comunes son buenas soluciones, pero como realmente conseguiremos solucionarlo es con objetos que absorban el sonido, como las plantas, o con mamparas de oficina.
Las mamparas de oficina insonorizadas son, sin duda, la mejor opción. De esta forma, no solamente se limita el número de personas que estarán en una zona de la oficina, sino que cada empleado podrá contar con su propio despacho, al menos los directivos. Y, por supuesto, por el hecho de que están diseñadas especialmente para aislar el ruido de una sala a otra. Lo que resulta muy intersante tanto para reducir el nivel de ruido en la oficina como para aquellas empresas en las que la confidencialidad y la privacidad de los clientes sea fundamental para transmitir profesionalidad y confianza.