¿Sabías que la distribución y la decoración de la oficina puede influir considerablemente en la productividad y la eficiencia de los trabajadores? Tanto de manera negativa como positiva. La compañías siempre están buscando nuevas fórmulas para conseguir que sus empleados sean más productivos y, para ello, se suelen realizar cambios en el sistema de trabajo y en los espacios de la oficina. Las empresas que priman los cambios en el diseño de la oficina, por lo general, llevan a cabo pequeñas modificaciones con el objetivo de motivar a sus trabajadores y lograr que sean más eficiente, pero pocas veces alinean de verdad el espacio con los sistemas y procesos existentes, y es precisamente esto lo que tiene un efecto más positivo sobre los cambios. Los líderes actuales deben tener muy en cuenta la forma en la que el diseño de la oficina puede apoyar la cultura y el sistema de trabajo que se desea crear y los hábitos que se pretenden reforzar.
Hace algunos años se implantó el modelo de oficinas abiertas, dejando atrás el modelo de despachos cerrados o cubículos que había primado hasta entonces. De esta forma, se eliminaban las jerarquías entre jefes y empleados para fomentar el trabajo en equipo en espacios diáfanos a la vista del resto. Un modelo muy aceptado debido a las ventajas que ofrecía en cuanto a la reducción de costes y al aprovechamiento del espacio, pero también porque de esta manera resultaba más sencillo controlar a los trabajadores y porque evitaba las distracciones al estar más expuestos, lo que sin duda ayudó a aumentar la eficiencia. Espacios que invitaban a trabajar de forma colectiva en detrimento de la individualidad y que, además, ayudaban a captar y a retener el talento.
Sin embargo, cada vez son más los expertos que afirman que las oficinas abiertas dan una falsa sensación de productividad pues consideran que el nivel de distracción y ruído de estos entornos de trabajo son mucho mayores que en las oficinas cerradas. Así pues, aunque las oficinas abiertas tienen sus ventajas y da la sensación de estar en una oficina más innovadora, moderna y transparente, lo cierto es que también presentan grandes inconvenientes en lo que respecta a la productividad, la creatividad y el bienestar del trabajador. Muchos llegan incluso a afirmar que cierto nivel de privacidad es clave para aumentar la productividad.
Puede que las oficinas abiertas sean el mejor diseño de oficina para fomentar el trabajo en equipo, pero no son las que mejor favorecen la concentración y, por tanto, la productividad. Las constantes llamadas de teléfono a otros compañeros, las conversaciones, los empleados caminando por alrededor o levantándose cada dos por tres, los compañeros que no saben escribir sin aporrear el teclado, etc. Todo ello da lugar a constantes distracciones que no contribuyen a crear un ambiente de concentración donde pueda surgir la creatividad y el trabajador pueda dar lo mejor de sí mismo.
Esto no significa que no podamos disfrutar de las ventajas de las oficinas abiertas, pero si es verdad que si las compañías quieren seguir manteniendo este modelo de distribución, deben plantearse determinadas modificaciones y normas para que funcione. Por eso, es muy importante que la empresa cuente con determinados espacios que los trabajadores puedan usar en privado cuando lo necesiten, por ejemplo, para tener reuniones, hacer llamadas o salas que les permitan trabajar sin estar expuestos a las distracciones y al ruido.
Afortunadamente, no es necesario hacer obras para crear este tipo de espacios, sino que soluciones como las mamparas de oficina pueden ser una opción muy interesante. baratas, fáciles de instalar y con la capacidad de adaptarse a las necesidades de la empresa en cada momento.
