En los últimos años hemos oído hablar mucho de la decoración grunge. Un estilo que se inspira en la calle y que crea ambientes que, en apariencia, son informales y desaliñados. Una postura anticomercial que rechaza el efectismo y la artificialidad de los espacios en favor de decoraciones desenfadadas y rebeldes. Con lo cual, no es un estilo que irradie ostenación, sino todo lo contrario, más bien provincianismo. Combinando perfectamente la elegancia con la sencillez y la comodidad. La comodidad provincial llevada a la máxima simpleza, la agradable elegancia europea y el deseo sublime de una vida sencilla.
El movimiento grunge comenzó en la década de los 90 en Estados Unidos ligado al género musical del mismo nombre. Este género originaría una subcultura propia que vino acompañado de movimientos artísticos, literarios, políticos e ideológicos y, en la actualidad, está volviendo a resurgir con fuerza, especialmente como estilo decorativo, tanto para hogares como para oficinas.
El estilo grunge promueve el uso de elementos decorativos tan variados y originales como las señales de tráfico, las banderas, los conos o los monopatines para dar a la estancia un aire informal y despreocupado. Pero también elementos reciclados, como palets, lienzos, separadosres de ambiente, mesitas de noche, etc. Usando casi siempre la madera y el metal como materiales protagonistas, muchas veces envejecidos o decapados.
Además, en algunos casos se combinan los muebles modernos con otros elementos antiguos. Sin embargo, no necesariamente tiene por qué incorporar muebles y objetos antiguos. De hecho, la filosofía del estilo grunge se basa en huir de los muebles caros y apostar por otros más baratos, aunque sin renunciar a la calidad. Espacios clásicos pero creados de una manera mucho más sencilla, sin lujos ni ostentaciones. Así pues, el corazón del estilo grunge es el estilo clásico, pero sin el glamour innecesario ni los placeres arquitectónicos. El toque se da con muebles viejos y desgastados o muebles modernos previamente envejecidos que crean el estilo retro dentro de la sala.
En cuanto a accesorios decorativos y textiles, las telas estampadas, las paredes desconchadas y los grafittis son bastante frecuentes en este estilo, en el que también suelen abundar los baúles decorativos, las hamacas colgadas, las bombillas al descubierto y los puffs. La cuestión es que el espacio sea cómodo y funcional y que todo dure mucho tiempo. Es precisamente por esto por lo que se apuesta por la calidad.
Además, la decoración grunge destaca por la pluralidad de colores, huyendo de los ambientes monocromáticos para apostar por colores muy llamativos y alegres para realzar el ambiente de cada lugar, de manera que las paredes se convierten muchas veces en grandes lienzos en los que se puede echar a volar la creatividad. El objetivo principal es que los elementos dibujados transmitan mucha personalidad. Elementos habituales en nuestra vida cotidiana reproducidos en su forma real sin efectos brillantes.
Pero además, el estilo grunge se caracteriza por su aspecto aparentemente sucio y desgastado con el objetivo de reflejar fielmente la manera en la que vivimos. Dando lugar a decoraciones más realistas y genuinas, algo que no esperaríamos en al vida real pero que encaja perfectamente dentro de nuestra vida cotidiana. Por eso, las manchas sucias, las imágenes rasgadas, los pedazos de papel arrugado y los iconos «quebrados» son bastante habituales ene ste tipo de decoración. Aunque también podemos encontrar otros elementos más realistas que no parezcan sucios o desgastados. Con diseños bastante sutiles, limpios, elegantes y únicos.
Por eso, si te consideras una persona moderna e inusual, el estilo grunge es un tipo de decoración que puede resultar ideal para tu oficina, especialmente si te dedicas a una profesión relacionada con el arte y la creatividad.
