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En el año 2012, la empresa de John Koning, Incentro, sorprendió a todo el mundo decidiendo que la prioridad número uno de la compañía era la felicidad de sus trabajadores. Y así describen la clave de la felicidad: «consiste en moverse de la ganancia al propósito, de la jerarquía a la red de equipos, de líderes que le dicen a la gente lo que tienen que hacer a líderes que preguntan cómo pueden apoyar mejor a su equipo, de las reglas a la libertad y del secretismo a la transparencia».

Hasta entonces, la empresa se había basado en una estructura jerárquica vertical de jefes y empleados rasos, pero después de que sus beneficios se vieran perjudicados entre 2002 y 2005, pensó que debía reinventarse y convertir la ostentosa empresa en un espacio de trabajo divertido para sus trabajadores. Un lugar que resultara atractivo para los talentos jóvenes, ambiciosos y creativos.

oficina feliz

Así pues, la comañía dejó atrás sus estructuras jerárquicas para que todos tuvieran un trato igualitario y toda la información fuera compartida entre los miembros del equipo. Se han hecho grupos de unas 60 personas que trabajan de manera independiente en células y que organizan su propio trabajo, teniendo peso incluso en las decisiones más importantes de la empresa. Incluso deciden su propio sueldo. Es el propio equipo en que acuerda cuánto debe ganar cada persona en función de lain formación financiera que tienen de la compañía.

Pero est tipo de filosofía empresarial no es algo especial en Incentro, sino que hay otras muchas empresas en el mundo que están empezando también a aplicarlo, apostando en primer lugar por la felicidad de sus empleados, porque saben que esto trae muchos más beneficios. Aumentar la felicidad de los trabajadores hace que la productividad mejore entre un 7% y un 12%. De hecho, el costo potencial de mejorar el bienestar de los empleados es directamente proporcional a la productividad de los mismos.

Esto tiene mucho que ver con el hecho de que los empleados felices se sienten más identificados con la empresa, por que consideran que son cuidados. Y es que por mucho dinero que te paguen, si la noción de un trabajo que te haga sentir vivo no está ahí, el resultado no será el mismo. Si los trabajadores están contentos participan de manera más activa en sus tareas, se sienten absorbidos por ellas y las llevan a cabo de una manera más positiva.

Hay que tener en cuenta que el aumento de la esperanza de vida en el mundo occidental y el hecho de que la jubilación se haya ido retraando, significa que muchas personas ven que aún les quedan muchos años por delante para jubilarse, lo que hace que su actitud cambie. La gente quiere que todos esos años en los que deben trabajar sean más felices. Y no sólo eso, sino que además quieren marcar la diferencia en la sociedad, sintiéndose parte de una empresa sostenible que luchan para que el mundo sea un lugar mejor.

Por otro lado, los empleados valoran mucho disfrutar de una variedad en el trabajo en lugar de que se trate de una labor rutinaria que no les aporte nada. Aquellas empresas que ofrecen un amplio espacio de aprendizaje a sus profesionales, también están dando con ello mayor sensación de control y autonomía, lo que es muy apreciado.


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