Las mamparas de oficina se han convertido en los últimos años en la mejor solución para adaptar el espacio de trabajo y distribuirlo en función de las necesidades de la empresa. Una solución rápida, económica y que se adapta perfectamente a cualquier sistema de trabajo. Moldeando el espacio como nos convenga, dándoles nuestro toque personal o corporativo. Y, entre todas ellas, las más demandadas son las mamparas de cristal que, además de dejar pasar la luz, dan mayor sensación de amplitud a los espacios. Siendo muy flexibles a la hora de reducir el nivel de visibilidad cuando se necesita mayor privacidad. Gracias a ellas, podemos disfrutar de espacios cerrados y, al mismo tiempo, abiertos.
Pero además, las mamparas de cristal ofrecen una amplia variedad de opciones a la hora de diseñar espacios y darle protagonismo al estilo decorativo de la oficina, con el objetivo de dar a los clientes la imagen que queremos de nuestra empresa. Podemos escoger entre diferentes colores, tramas y características de personalización. Incluyendo además persianas, cortinas o vinilos. De esta forma, además de las cuestiones funcionales, podemos decidir qué estilo queremos para nuestras mamparas, de manera que formen parte del conjunto y combinen a la perfección con el mobiliario.
No obstante, a la hora de elegir las mamparas de cristal para nuestra oficina, hay que tener en cuenta que no todas son iguales y que en el mercado podemos encontrar actualmente una gran variedad de ellas. Con lo cual, la elección dependerá en gran medida de las necesidades de la empresa y de los propios trabajadores que forman parte de ella. Veamos con más detalles cuáles son los tipos de mamparas de cristal que existen.
Mamparas de vidrio laminado y templado
El vidrio laminado y el templado son los dos tipos más utilizados hoy en día. No obstante, también pueden encontrarse modelos que combinan ambos tipos o en variedades diferentes, adaptándose a las necesidades que tenemos y al uso que vamos a darles. Se trata de un vidrio que cumple con la normativa vigente y que ofrece un alto nivel de seguridad para evitar accidentes.
Vidrio templado
Este tipo de mamparas se crean mediante un complejo proceso en el que el cristal es calentado casi hasta derretirse para, posteriormente, proceder al enfriamiento rápido. De esta forma, se consigue un cristal mucho más resistente que el cristal convencional. Evitando los riesgos derivados de impactos y cuestiones relacionadas con la temperatura. Cuando el cristal se rompe, lo hace en muchos trocitos pequeños, reduciendo de esta forma las posibilidades de que alguien sufra un corte.
No obstante, debido a sus características, es más aconsejable para exteriores, especialmente para elementos que necesiten sistemas de mecanizado, como por ejemplo la instalación de cerraduras o bisagras.
Vidrio laminado
Las mamparas de vidrio laminado combinan dos o más lunas de cristal que se unen mediante una lamina buitral de polivinilo con un tratamiento en el que la temperatura y la presión juegan un importante papel. Gracias a ello, se consigue una alta resistencia y flexibilidad. De esta forma, en caso de que la mampara se rompa, los dos trozos de vidrio se mantienen unidos. Los cristales utilizados pueden ser normales, pero si se quiere dar más resistencia al conjunto también pueden ser templados. Pero además, de ser más resistente y flexible, este tipo de mamparas son ideales para ofrecer un mayor aislamiento térmico, ya que cuentan con filtro a los rayos ultravioleta.
